Me veo cansada, las ojeras debajo de mis ojos miden 3 centímetros, de verdad, las medí un día que estaba en el trabajo usando una regla para hacer formatos en photoshop. Siete separadores están suspendiendo siete libros que tengo que terminar antes de que el semestre acabe, pero tal vez termine leyéndolos en verano, tal vez no, por que tengo que tomar más clases… Ahhhh.. no termina.
Ya se va a terminar el semestre y yo apenas agarrándole la onda a los Miércoles, que son mis días favoritos por que tienen un poquito de todo pero son los mas cansados; es que empiezan muy temprano y acaban muy tarde. Una clase a las 7:45, que dura 3 horas, trabajo 5 horas y veo a 3 de 11 pacientes. Tengo caspa del estrés, pero al menos no me salieron granitos como en mi primer semestre. A veces me hago masaje en mi espalda hasta donde mis manos alcanzan, tomo hierbitas para dormir y corro mucho para liberar endorfinas.
Y yo no se por que estoy escribiendo esto, tal vez solo quiero desahogarme y que alguien me entienda, o haciendo ese tipo de terapia: escribir para des estresar un poco. Tal vez queriendo comunicarle al mundo lo que no he comunicado bien, para que puedan entender el por qué de cuando digo “perdón no puedo ir”, por que en realidad estoy exhausta.
Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones. Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca.
Hebreos 10:24-25
Ah, ya se por que estoy escribiendo esto, por que aprendí algo muy importante en este semestre. La importancia de la comunidad. Aprendí que no debemos aislarnos, sino a darnos un descanso en medio de nuestros atareos, y aunque a veces prefiero seguir estudiando, leyendo, investigando incluso el viernes por la noche, tengo que hacer un esfuerzo para ver a la gente que amo; para llamar a mi mamá, mi papá, mis hermanos, para sentirme conectada. Porque así fuimos creados; para conectar con otros y relacionarnos. Y cuando realmente vemos el panorama y el enfoque que tienen las redes sociales, es como que estamos gritando «mírame», «conóceme», «apréciame». No seríamos capaces de relacionarnos si no nos tuviéramos el uno al otro, porque cuando estamos aislados somos débiles. Si hay algo que he aprendido de mi clase de Trauma, es que el diablo usa el trauma para aislarnos, para guardar el secreto, para no compartirlo, para hacer como que no existió esa parte de nosotros; esa parte que nos hace quienes somos.. Pero no tenemos que tener un historial de trauma para aislarnos, podemos simplemente estar ocupados, tener vergüenza, ser perezosos, tristezas, acné, haber ganado peso, sentirse menos, etc. para aislarnos. Tengo que recordar que pase lo que pase en mi vida, tengo que mantenerme rodeado de buenas personas que escuchan y pueden ser escuchadas, personas que saben conectar realmente. Déjese ser conocido.
Aprendí a ver el lado positivo dentro de las miles ocupaciones, me siento feliz de hacer lo que hago, de trabajar como diseñadora en la librería de DTS, de estudiar en el seminario donde ha cambiado mi forma de ser, de relacionarme, de pensar, estoy disfrutando mi internado y la iglesia. Aprendi quienes importan en mi vida, familia y amigos que valen la pena dejar de hacer una tarea, por verlos y hablar. Conectar. Y aunque creo que no he balanceado bien mi tiempo, he encontrado tiempo para conectar.
Dale prioridad a tus relaciones reales, agenda un tiempo para hablar con esta gente (cuando manejes, cuando tengas libre, los sábados por la tarde, etc.), tranquilízate y date tiempo para ti, consiéntete. Y siempre, siempre- mantén tu relación con Dios como prioridad, de ella derivan todas las demás.